Uno de los apuros más serios originados a consecuencia del estado de emergencia sanitaria y aislamiento social obligatorio decretado por el gobierno, así como la casi total paralización de actividades laborales públicas y privadas en nuestro país que causa la suspensión de empleo de miles de personas, ha sido el incumplimiento involuntario de obligaciones de diversa naturaleza, contraídas por personas naturales y jurídicas con anterioridad a este evento excepcional.
Esta situación de fuerza mayor, que bien se puede describir como extraordinaria, imprevisible, irresistible e independiente de la voluntad del ahora deudor, ha causado se infrinjan compromisos de naturaleza privada, relacionados principalmente con el pago de préstamos de dinero y créditos bancarios; pago por alquiler de inmuebles para vivienda, habitaciones y locales comerciales; pago de pensión de alimentos; así como el incumplimiento de obligaciones contractuales relacionadas con la producción y entrega de productos y mercaderías, y así, un sinnúmero de temas más.
Ante tales circunstancias adversas, a efectos de evitar un conflicto entre el deudor y el acreedor originado por el incumplimiento de los compromisos pactados y terminar ante un Centro de Conciliación, para luego iniciar un largo litigio ante al Poder Judicial, la Negociación se presenta como excelente método alternativo en la búsqueda de una solución al conflicto y con el propósito de lograr un acuerdo definitivo para que ambas partes queden compensadas.
La negociación es un método de solución de conflictos por el cual dos o más personas buscan llegar a un acuerdo respecto a un motivo que puede originar o ya ha iniciado una disputa. La negociación permite que las partes intenten resolver el conflicto de tal forma que la solución negociada sea satisfactoria para ambos.
De igual forma, la negociación es un proceso de intercambio de información y ofrecimientos mutuos que conlleven al cumplimiento de las obligaciones asumidas por las partes, que, teniendo intereses comunes, ambicionan llegar a un acuerdo definitivo que ponga fin a la controversia. Se estila desarrollar en forma de diálogo decidido entre las partes, en donde cada parte demuestra interés en lo que la otra tiene o puede ofrecer, pero no está dispuesto a aceptar todas sus condiciones. De esta forma, cada parte busca que la otra ceda en algo su postura para poder llegar a un punto de acuerdo aceptable por ambos.
El proceso de negociación se desenvuelve mediante conversaciones y comunicación positiva entre las partes, que permite exponer las propuestas e intereses comunes; se trabaja en el perfeccionamiento de un plan de estrategias y tácticas que tendrán como objetivo la aceptación de la mayor parte de las pretensiones; y finalmente cuando la negociación alcanza el éxito, se debe de legitimar y formalizar estos acuerdos en un documento que precise los pormenores de éstos y los compromisos de las partes para el cumplimiento de lo pactado.
Un negociador experto sirve como defensor de una de las partes y procura generalmente obtener los resultados más favorables posibles a la misma. En este proceso, el negociador procura determinar el resultado mínimo que la otra parte quiere aceptar, ajustando entonces sus solicitudes razonablemente y logrando una negociación apropiada.